La Batalla de Hacinas
Localidad: Hacinas
Un monje anónimo del Monasterio de San Pedro de Arlanza, a mediados
del siglo XIII, escribió en versos alejandrinos el Poema de Fernán
González, en el que dedicaba a la Batalla de Hacinas 281 versos de los
740 de que consta el Poema. Se trata de un canto épico dedicado a
exaltar la figura de Fernán González y a la Batalla de Hacinas, que en
las estrofas 389 y 558 figura como Fazinas.
La descripción
de la batalla comienza con la situación del ejército de Abderramán
(Almanzor en el Poema), al sur de Salas y a los castellanos en
Piedrafita. Fernán González, acompañado de sus capitanes, lucha durante
tres días y el último, con la ayuda de San Millán, los castellanos
derrotan a los moros, causándoles numerosos muertos que fueron
amontonados en hacinas, de donde, según tradición, viene el nombre del
pueblo.
El único códice que se conserva es una copia del siglo XV que se guarda en el Monasterio del Escorial.
También
el Infante Don Juan Manuel, en su obra El Conde Lucanor, del siglo XIV,
recoge la batalla y, en el XVII Fray Prudencio de Sandoval, en Los
Cinco Obispos, la cita, situándola en 931.
Aunque los
modernos historiadores consideran este hecho como legendario, la
batalla ha perdurado en la mente de los hacinenses a través de los
siglos y, en los lugares donde se presume se celebró, se conservan
nombres evocadores: Campo los Muertos, Acerón. En 1840, al excavar un
ribazo, apareció gran cantidad de huesos enterrados en fosa común que
podrían corresponder a los muertos en la batalla.
En el
monasterio riojano de San Millán de la Cogolla se encuentra, formando
parte principal del retablo mayor, un cuadro de 2,33 x l,80 que
representa a San Millán en la batalla de Hacinas, obra del pintor Juan
Ricci.
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